La identidad de una persona es un viaje que comienza antes de su nacimiento y se extiende mucho más allá de su vida. En Argentina, la noción de identidad lleva un peso significativo, especialmente en el contexto judicial, debido a la lucha emblemática de las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo.
Estas valientes mujeres lograron incorporar los “Artículos Argentinos” (7, 8 y 11) a la Convención Internacional de los Derechos del Niño, garantizando así el derecho fundamental a la identidad.
En este contexto, la búsqueda de identidad de Graciela Olivera, una mujer tucumana, se destaca como un testimonio de lucha y determinación. Después de 35 años desde su nacimiento, Graciela emprende un viaje emocional en búsqueda de su verdadera identidad.
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La historia de Graciela se entrelaza con la incertidumbre desde temprana edad. A los 9 años, un revelador comentario de su tía cambió su percepción sobre su familia. Descubrió que el hombre a quien creía su padre era en realidad su tío, el hermano de su madre biológica, Mirta. Esta revelación desencadenó una serie de dudas y preguntas que la han llevado a tomar medidas desesperadas, como la búsqueda de su padre a través de las redes sociales.
Las palabras de Graciela resuenan con la necesidad de entender y reclamar su historia: “No sé si mi madre biológica me dice la verdad o miente, pero ella me dijo que en los años 80 trabajaba para una señora que vendía antigüedades en lo que ahora es Casapán, en la esquina de Laprida y San Martín, en la capital tucumana. Supuestamente, se quedó embarazada en noviembre de 1987, ya que nací en agosto de 1988″, relató a eltucumano.
La búsqueda de respuestas lleva a Graciela a cuestionar las narrativas que ha escuchado a lo largo de los años. Mirta, su madre biológica, ha proporcionado detalles fragmentados sobre su padre: “Ella siempre me dijo que él tenía el apellido González y vivía cerca de la iglesia San Gerardo. También me dijo que era hijo de la dueña de esa casa de antigüedades. Solo quiero conocerlo y saber si es verdad que él no supo de mi existencia o no quería que naciera”.
La búsqueda de Graciela es más que un intento por descubrir su origen; es un anhelo de comprender su historia personal en su totalidad. Los testimonios variados y contradictorios de su madre y otros familiares añaden una capa de misterio a su relato.
“Quiero conocer la historia, mi historia completa. Mirta me dice que él no se quería hacer cargo; otra tía mía me dijo que él me buscó cuando mi mamá se fue un tiempo a Córdoba y no me encontró. Muchos me dijeron que tal vez fue una violación y por eso no me contó toda la historia. Pero le di dos oportunidades y ella no quiso decirme”, expresó Graciela.
A sus 35 años, Graciela, madre de dos hijos y enfrentando la vida como madre soltera, busca el cierre de un capítulo en su vida que aún permanece abierto. Su deseo de completar su historia la impulsa a explorar conexiones y buscar respuestas. En su búsqueda de identidad, Graciela muestra cómo el mundo puede parecer pequeño y cómo la determinación puede llevar a encuentros inesperados que podrían revelar una parte fundamental de su ser.
Si tienes información que pueda ayudar a completar la historia de Graciela, aquí está su número de teléfono: 3816311005.