En medio de un contexto de máxima reserva y discreción dentro del Vaticano, comenzaron a surgir señales que podrían anticipar alineamientos clave en el cónclave que elegirá al próximo papa.
Según reveló una fuente citada por el periodista Nelson Castro, tras la primera sesión de votación, los cardenales Pietro Parolin y Luis Antonio Tagle mantuvieron un encuentro privado en una sala especial de la residencia de Santa Marta. La reunión, que se prolongó por varios minutos, constituye un gesto significativo dentro del tablero eclesiástico.
Ambos purpurados encarnan liderazgos con afinidades ideológicas dentro de la Iglesia y, en este contexto, podrían estar delineando una estrategia compartida en un cónclave que, como lo evidenció la fumata negra tras la primera votación, aún no logró consolidar el deseado consenso.
Aunque el contenido de la charla no trascendió, el solo hecho de que se produjera inmediatamente después del primer escrutinio sugiere la intensidad de las negociaciones que se están llevando a cabo entre los distintos bloques —ya sean conservadores, moderados o progresistas— que buscan incidir en la elección.
La figura de Parolin, actual Secretario de Estado del Vaticano, se percibe como polarizadora dentro del colegio cardenalicio. Según la fuente consultada, “no entusiasma a los sectores progresistas” y ha sido descrito como un perfil “distante”, lo que refleja las tensiones internas sobre su posible candidatura.
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Un hecho ilustrativo de esta percepción ocurrió durante la misa del jubileo por la juventud: cuando Parolin comenzó su homilía, “muchos jóvenes comenzaron a retirarse por aburrimiento”, lo que fue interpretado como un indicio de su limitada llegada al público más joven.
La votación realizada este martes por la mañana no definió al nuevo pontífice, lo que dio lugar a una serie de versiones e interpretaciones. Incluso, alrededor de las 8:45 (hora de Roma), circuló el fuerte rumor de que el nuevo papa ya había sido elegido.
Sin embargo, la fuente explicó que la demora en la señal de humo se debió a dos factores: el prolongado sermón del predicador de la Casa Pontificia, Raniero Cantalamessa, y las barreras idiomáticas que enfrentan algunos cardenales que no dominan el italiano, la lengua oficial del procedimiento.
Ante este escenario presente, es donde el cardenal filipino Luis Antonio Tagle comienza a tomar notoriedad. Su manejo fluido del inglés y el italiano lo convierte en una figura clave en un cónclave donde el lenguaje también es una herramienta de influencia.
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Fuente: minutouno.com