Del Cordobazo al consenso: un nuevo contrato social ante la revolución tecnológica

La tecnología avanza sin pedir permiso. Los procesos productivos se acortan, la robótica ya quedó atrás y la inteligencia artificial irrumpe en todas las áreas, incluidos los servicios. Todo, a una velocidad que no da respiro: es un fenómeno de aceleración sin límites. Sin embargo, mientras lo técnico avanza, en el terreno social reina el desconcierto. No sabemos aún cómo adaptar este progreso a una lógica que beneficie a la sociedad toda. No nos hemos dado el tiempo para escucharnos.

Sector por sector, deberemos fijar posición y comenzar a debatir y consensuar sobre la nueva relación entre tecnología y trabajo. ¿Despidos o reconversión laboral? ¿Aprovechamos la IA sólo por su eficiencia o pensamos en su impacto humano? ¿Menos trabajadores o menos horas hombre? Preguntas urgentes que nos exigen una respuesta justa y equilibrada, para evitar que la brecha económica y cultural se vuelva infranqueable.

Se abre una nueva etapa: la necesidad de escribir un nuevo contrato social. Establecer nuevas reglas para definir cómo nos relacionamos laboral y salarialmente, y cómo distribuimos los beneficios que trae la tecnología. Ya no alcanza con repetir viejos eslóganes. ¿Desde los sindicatos se seguirá cantando “combatiendo al capital”? ¿Y desde el empresariado se seguirá confiando en la mano invisible de Adam Smith?

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Hoy, más que nunca, necesitamos un espacio neutral y respetado, alejado de los intereses partidarios, que convoque a construir ese nuevo pacto. Córdoba tiene, una vez más, el desafío y la responsabilidad de marcar un camino nacional.

Un primer paso: convocar a la Unión Industrial, la CGT Córdoba, las pymes, la CGT Casa Histórica, la Bolsa de Comercio, la Pastoral Social y el Comité Interreligioso por la Paz (Comipaz) a sentarse en una mesa común, sin prejuicios, con una única meta: construir colectivamente desde la inteligencia a una convivencia armónica entre tecnología y trabajo humano.

La dirigencia cordobesa ya marcó una impronta en 1969. Obreros y estudiantes encendieron un Cordobazo que clamaba por el retorno al Estado de Derecho. Hoy, el desafío es otro: protagonizar un Cordobazo de ideas, donde el enemigo sea el desempleo y la mejor herramienta para combatirlo, la capacitación tecnológica.

La transformación que necesitamos en 2025 se llama consenso. Una rebeldía pacífica pero firme, en un tiempo donde desde las más altas esferas de poder la descarta como herramienta de construcción colectiva.

(*) Secretario General Unión de Empleados de la Construcción y los Peajes del Interior

Fuente: perfil.com

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