El Día de los Inocentes es una celebración que se lleva a cabo el 28 de diciembre en varios países de tradición católica, incluyendo España, Portugal, Francia, Italia, Bélgica, Argentina, Uruguay, Paraguay, Chile, Bolivia, Perú, Colombia, Ecuador, Venezuela, México, Guatemala, El Salvador, Honduras, Nicaragua, Costa Rica, Panamá, Cuba, República Dominicana, Puerto Rico, Filipinas, entre otros.
En este día, es tradicional hacer bromas o gastar bromas a los demás, sin que estas sean malintencionadas. Las bromas pueden ser de todo tipo, desde las más inocentes, como cambiarle la sal al azúcar, hasta las más elaboradas, como organizar una falsa boda o un falso funeral.
El origen del Día de los Inocentes se remonta a la Edad Media, cuando se celebraba la Fiesta de los Santos Inocentes, en conmemoración de la matanza de los niños menores de dos años nacidos en Belén por orden del rey Herodes I el Grande, con el fin de asegurarse de que el anunciado Mesías, futuro rey de Israel, fuera asesinado.
Con el paso del tiempo, la Fiesta de los Santos Inocentes se convirtió en una celebración más lúdica, en la que se acostumbraba a gastar bromas a los demás.
En Argentina, el Día de los Inocentes se conoce también como el “Día de los Santos Inocentes” o el “Día del Pishtaco”. El Pishtaco es una figura mitológica que se dice que sale a cazar niños en las noches de invierno.
La tradición de gastar bromas en el Día de los Inocentes se mantiene viva en la actualidad, y es una oportunidad para pasar un día divertido con amigos y familiares.
Algunos ejemplos de bromas típicas del Día de los Inocentes:
- Cambiar la sal por el azúcar en el café o el té.
- Poner una cucaracha o una araña en la cama de alguien.
- Llamar a alguien por teléfono y hacerse pasar por alguien que no es.
- Organizar una falsa boda o un falso funeral.
- Enviar una carta o un correo electrónico con información falsa.
Consejos para gastar bromas en el Día de los Inocentes:
- Asegúrate de que la broma sea inofensiva y no vaya a molestar a nadie.
- Si la broma es elaborada, asegúrate de que no se arruine antes de que la hagas.
- Si la broma es pesada, asegúrate de que la persona a la que la haces esté dispuesta a aceptarla.