Cada 21 de marzo se conmemora el Día Mundial del Síndrome de Down, una efeméride establecida por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en 2011 para generar conciencia sobre los derechos, la inclusión y la autonomía de las personas con esta condición.
La elección de esta fecha no es casualidad: el Síndrome de Down es una alteración genética caracterizada por la presencia de tres copias del cromosoma 21 en lugar de las dos habituales. De ahí la simbología del 21/3 (21 de marzo), que representa la trisomía 21.
Este síndrome fue descubierto en 1959 por el destacado investigador francés Jérôme Lejeune, padre de la genética moderna.
Se estima que 1 de cada 1.000 nacimientos en el mundo corresponde a un bebé con Síndrome de Down, según datos de la ONU. En América Latina, la tasa varía, pero se calcula que hay aproximadamente 300.000 personas con esta condición en la región.
Gracias a los avances médicos, que permiten una mejor calidad de vida, la esperanza de vida de las personas con Síndrome de Down aumentó significativamente en las últimas décadas, superando los 60 años en muchos casos.
La educación inclusiva y el acceso a la salud permitieron en los últimos años que cada vez más personas con esta condición tengan oportunidades laborales y académicas.
El gesto de las medias de diferentes colores
medias Síndrome de Down
Uno de los símbolos más visibles de esta jornada es el uso de medias de diferentes colores y estampados. Esta iniciativa fue impulsada por la Asociación Internacional del Síndrome de Down (DSI) en 2015 y surgió como una forma de mostrar que la diversidad es valiosa
La idea es que, así como las medias desparejas llaman la atención y generan preguntas, la campaña ayude a visibilizar y concientizar sobre el Síndrome de Down.
Mediante esta acción se busca promover la conciencia social, enfatizando en la necesidad de crear condiciones propicias para su desarrollo integral, asegurando un óptimo nivel de autonomía, independencia individual y la capacidad de tomar decisiones personales a lo largo de sus vidas.
El acceso adecuado a la atención de la salud, a los programas de intervención temprana y a la enseñanza inclusiva, así como la investigación adecuada, son de extrema importancia para el crecimiento y el desarrollo de las personas.
Al mismo tiempo, insistir en la búsqueda constante de crear un ambiente que fomente la igualdad de oportunidades para que niños, niñas y adolescentes con síndrome de Down puedan desenvolverse plenamente a lo largo de sus vidas.
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Fuente: minutouno.com