La ciudad de Tucumán despidió a uno de sus personajes más queridos: Don Rojas, el vendedor de cubanitos que conquistó los corazones de todos con su sonrisa y su amabilidad. Su partida ha dejado un vacío en el corazón de muchos, quienes lo recuerdan con cariño y admiración.
Un adiós solitario, pero no olvidado
La noticia de su fallecimiento conmocionó a la provincia. Don Rojas, conocido por recorrer las calles de Tucumán ofreciendo sus deliciosos cubanitos, falleció en soledad. Sin embargo, su legado perdura gracias a las personas que lo conocieron y apreciaron.
Según dio a conocer El Tucumano, Cristian, un tucumano que lo conocía desde niño, fue una de las pocas personas que pudo despedirse de él. “A él lo conocí desde chico, desde que tenía 12 años. Don Rojas iba siempre a un restorán de San Lorenzo y Las Heras y yo estaba ahí con mi mamá. Ahí empecé a conocer su historia”, compartió con emoción.
Una vida marcada por la soledad y la bondad
A pesar de su popularidad, Don Rojas vivió una vida marcada por la soledad. Su esposa falleció hace muchos años y su único hijo falleció por Covid en 2020. Sin embargo, a pesar de estas pérdidas, siempre mantuvo una actitud positiva y generosa.
Un legado de dulzura y alegría
Don Rojas era mucho más que un vendedor de cubanitos. Era un símbolo de la Tucumán auténtica, un hombre sencillo y amable que siempre tenía una sonrisa para todos. Su legado trasciende las fronteras de la ciudad y se convierte en un ejemplo de vida para todos nosotros.
Un adiós con honores
A pesar de su partida solitaria, Don Rojas recibió un último adiós con honores. Gracias a la solidaridad de la comunidad, se organizó un servicio fúnebre digno y se le brindó un cálido homenaje.