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¿Duendes? el aterrador recuerdo de un tucumano

“Eran seres inofensivos que no atacaban a la gente”: una historia de la infancia cargada de terror que recuerdan en Tucumán Paranormal.

Nuevamente Tucumán Paranormal nos trae una historia de esas de la infancia que revelan momentos de terror en los niños y que quedan marcados en la adultez. En este caso, de la mano de Sebastián Galbán, monterizo que fue pilar este grupo virtual que recolecta historias paranormales sobre nuestra provincia:


Esta es una de las tantas historias que nos solía contar mi abuelo, quien ya descansa en paz desde hace algunos años. De niños solíamos hacer un fogón pasado el atardecer y nos solía inundar de estas historias algunas de terror, otras no tanto con ese toque de fantasía propio que le ponía a la hora de relatar, hoy me tocara ser yo ese relator…

Todo empezó cuando en sus pagos, los montes de Santiago del Estero, allá por la zona sur de aquella provincia vecina, ya en los límites con Tucumán, la gente de esos caseríos del campo solía comentar que presenciaban el avistamiento de pequeños seres que emitían una luz propia, eran vistos en el fondo de algunas casas, otros sobre los caminos, algunos en medio de la espesura del monte, pero dichos seres inofensivos nunca atacaban a la gente.

Como travesura de niños, mi abuelo junto a otros niños decidieron ir en busca de estos seres en una zona montuosa, se introdujeron en dicho lugar, cuenta mi abuelo que llevaron ofrendas a estos seres, tales como dulces caseros, pan de campo, canicas, y una niña había llevado unos bombones que les había sacado a su madre sin que se de cuenta. Habían escuchado que encendiendo una vela y haciendo las ofrendas estos seres se manifestaban.

Al encender la vela les llamo la atención al ver como la llama se consumía hacia arriba y bien recta, tanto que se consumió casi al instante, según una niña decía que habían aceptado la ofrenda, se escucho un ruido muy fuerte dentro de un tronco hueco de un árbol y no pudimos ver nada, no sentimos miedo, pues en su inocencia de niños, querían realmente observar aquellos seres, pero ese día no sucedió nada, así que dejaron sus cosas que habían llevado y se fueron.

Al día siguiente regresaron a aquel lugar y vieron que estaba todo como habían dejado, los dulces, las canicas, todo, entonces mi abuelo dice que ya que estaban allí se comería un bombón. Se llevó la sorpresa de su vida al ver que noto que los bombones no tenían peso, era como que solo tenía el papel entre sus manos, pero lo de adentro no estaba, así que dejaron todo y se fueron corriendo y no volvieron a aquel lugar.

Esa misma noche cerca de la medianoche mi abuelo se despertó por los ruidos que sentía atrás de la  zona donde tenían una especie de cocina improvisada y un horno de barro, grande fue su sorpresa al ver un pequeño ser, de barbas largas, masomenos describe el qué de aproximadamente 30 centímetros con su ropa color verde, luego nota que por el camino de entrada a la casa venía otro ser similar con una pequeña lámparita en sus manos, según describe el como los de los cuentos. Despertó a su hermano menor y los dos estaban ahí mirando  a los dos duendes, mi abuelo se acerca hacia uno de ellos por detrás, dice que sentía una sensación de querer tocarlo, de querer atraparlo, nunca sintió miedo, pero cuando estaba a punto de tocarlo hace como un remolino según describe el y se desvanece o se hace invisible detrás del horno de barro, lo mismo el otro ser simplemente desapareció.

Desde ese día jamás volvieron a ver ni a tener contacto con estos seres, según los otros niños, por lo que habían escuchado dijeron que se espantaron y por eso ya no se dejaron ver más, pero siempre de noche se escuchaban ruidos en los alrededores de la casa y luego adentro, es como si estuvieran buscando algo, tal vez dulces o bombones.

Seba Galbán.


 

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