La frustración: ese fantasmita que nos persigue y nos acosa toda la vida, y con el cual hay que aprender a lidiar. Mientras existen personas que seguramente saben sacarle provecho a esta situación, seguramente existen quienes tienen maneras menos sanas o provechosas de lidiar con la misma.
En comunicación con FM La Tucumana, la licenciada en psicopedagogía Cecila Lozano explicó a Ana Pedraza algunas estrategias para que los niños y niñas puedan aprenderá manejar su frustración desde temprana edad, como una herramienta que les servirá para el resto de su vida.
“Manejar la frustración es algo que el niño debe manejar desde pequeño, pero aprendiendo de un adulto. La frustración es esa reacción desmedida cuando las cosas no salen como quiero. Es esperable que un niño se frustre y tenga esas reacciones, pero no es esperable que sea siempre todo tan desmedido” detalló al aire de La Tucumana de Mañana.
“Sabemos que un niño está frustrado porque pega patadas, tira cosas, grita, se enoja y se va. Deja de hacer cosas porque no le salen como quieren. Siempre hay que analizar de donde viene la frustración del niño. Un niño acostumbrado al no, a esperar, a saber que ahora no, puede tolerar. No reacciona con esa impulsividad” remarcó.
Como siempre, la profesional de la pedagogía se refirió al papel fundamental que existe en la familia y la crianza para todas las situaciones de la vida “Como papás y mamás podemos hacer muchas cosas para ayudarlos a manejar esa frustración. Lo primero es el modelo, el ejemplo que damos como papás y mamás frente a aquello que nonos sale. Ser flexibles con nosotros mismos. La auto exigencia. Los límites, que sean claros, que estén puestos. Saber si estamos siendo precisos, concisos. Somos una generación que repiensa todo como padres, desde las humillaciones hasta los golpes. Estamos repensando muchas prácticas. Los límites están pero quizás falta autoridad. Decimos ‘portate bien’ pero no somos concisos ni claros” ejemplificó Cecilia Lozano.
Otro de los consejos de la profesional, tiene que ver con la expresión de los sentimientos: “Hay que tener inteligencia emocional. Eso es lo que más nos pesa, que pongan en palabras lo que les pasa en ese momento. Estoy triste, estoy enojado, poner en palabras todo. Que puedan expresar lo que sienten”.
Finalmene, Lozano cerró con dos consejos: “Hay que ayudarlos a distinguir entre una necesidad y lo que realmente desean. No es lo mismo el deseo de comer que el deseo de comer un chocolate. Que sepan la diferencia entre necesidad y deseo, ya que los deseos no siempre deben ni van a cumplirse y darse en el momento en que lo quieren” recomendó.
“Tenemos que dejar que lloren, que se frustren. No le saqués todas las piedras del camino. Tiene que sentir eso de que no se le da lo que quiere en el momento. Quedarnos con él al lado en ese momento de tránsito, contener, mostrar opciones. Hay que prestar atención también cuando dicen ‘no puedo’, y ver porqué dicen que no pueden. Analizar sus desafíos”. ¿Querés ver la entrevista completa? Te la dejamos aquí.