El joven murió a los 22 años, pero dedicó su vida a formarse académicamente. Se recibió en diciembre de 2023 en la Universidad de Tucumán y su desempeño le permitió obtener becas para viajar a estudiar en Buenos Aires y formar parte del Mundial de Oratoria en Madrid.
26 de abril 2024, 03:22hs
Cuando era niño su padre lo abandonó, las dificultades económicas formaban parte de su día a día junto a su madre y hermanas, pero la educación pública le permitió llegar a la facultad, donde se recibió con honores. Su desempeño lo hizo destacarse hasta ganar una beca FURP que le permitió viajar a Buenos Aires para estudiar y participar de conferencias nacionales e internacionales.
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Estudió un trimestre en la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires y participó del Mundial de Oratoria 2023 en Madrid, donde fue subcampeón. Además, era director de diversidad de la localidad de Tafí Viejo hasta que una enfermedad truncó sus sueños.
“Lo repito, y lo voy a repetir siempre, esto no tendría que haber pasado. En un mundo normal, el hijo de una madre soltera en situación de calle jamás habría llegado a ser profesional. Pero por suerte nací en Argentina”, fueron las palabras que alguna vez publicó Leandro y que ahora Lucía optó por volver a difundir. “Te prometí a vos y a mí misma seguir con tu lucha y lo voy a cumplir”, agregó ella.
También explicó que tenía un incesante deseo de seguir formándose y cumplir con diversos proyectos para ayudar a los más necesitados. “Desde chico buscaba participar de todo lo que le permitiera aprender”, contó.
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El deseo de ayudar a los más necesitados partió de su propia experiencia. Cuando Leandro tenía 3 años, vio a su madre embarazada de mellizas luchar para salir adelante tras el abandono de su padre.
“Yo trabajaba en una peluquería como maquilladora y mi sueldo eran las propinas. Un día le conté a una clienta que no tenía dónde vivir y gracias a ella pude tener mi casa en Tafí Viejo”, detalló Romina, la mamá de Leandro, a TN.
También contó que Leandro se destacó siempre durante la escuela primaria, donde tenía el mejor promedio. “En 2009 conseguí trabajo en blanco y pude juntar para pagarle inglés y otros estudios. Nada fue gratis, todo fue con sacrificio, era una persona muy dedicada y siempre tenía necesidad de ayudar a los demás por la ayuda que nos dio el Estado”, agregó.
“Le hicieron el test de dengue y le dio positivo, le hicieron recuento de plaquetas y estaban bajas. Fuimos caminando a casa porque no había lugar en la clínica y al rato conseguí en otro hospital, donde un nuevo test vuelve a darle dengue positivo. Me dijeron que iban a ponerlo en terapia no por dengue sino para que tenga mayor cuidado. Lo internamos en terapia humanizada, donde podíamos estar con él todo el tiempo”, agregó.
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De acuerdo con su testimonio, el martes 30 de enero el cuadro de Leandro empeoró. “La fiebre no bajó nunca, estaba con náuseas y le costaba respirar. Al otro día empezaron las transfusiones de sangre, de plasma y le pusieron vitamina K. El miércoles a la tarde comenzó con afección en los pulmones y en la ecografía salió que tenía sangre en su interior. Lo entubaron”, indicó la madre.
El 1 de febrero, la médica terapista le avisó que el joven de 22 años no respondía a los tratamientos y que no iba a pasar la noche. Ese jueves murió en la clínica y en su acta de defunción señalaron que había sido por dengue hemorrágico, según explicó.
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Esta semana, a casi tres meses de su muerte, la madre de Leandro viajó a Buenos Aires por trabajo. De acuerdo con sus palabras, un grupo de amigos consiguió el permiso para plantar flores al pie de un árbol ubicado a metros de la Facultad de Derecho de la UBA, donde tiró sus cenizas y le colocaron una placa en conmemoración.
“Él no tenía sueños, tenía metas y proyectos. Lo que se propuso lo cumplió hasta donde la vida quiso. Eso le quedó a sus amigos. En la marcha de este martes vi muchos carteles de su tuit y carteles con su nombre para que todos vean cómo se sienten identificados con sus palabras. Tenía la convicción de que podía cambiarse la realidad de muchos Leandros o Rominas, que no había que hacer la vista gorda ante la desigualdad y que siempre se podía ayudar a los demás”, cerró la madre conmovida.
“Entendemos que la educación pública gratuita ayuda no solo a una formación académica, sino también a un crecimiento personal que en otras circunstancias sería solo un sueño para muchos. Desde que ya no está, me prometí seguir con su lucha, porque siento que es la mejor manera de honrarlo”, dijo la amiga de Leandro.
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Respecto a la marcha universitaria de este martes, aseguró sentirse muy emocionada al ver que la gente lo recordaba con mucho amor. “Sé que él estaría muy feliz de saber que la gente lo vea como un ejemplo de lucha y perseverancia”, dijo.
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Este jueves se inauguró en Tafí Viejo el Centro Metropolitano de Estudios Superiores que llevará el nombre de Leandro y que buscará facilitar el acceso a la educación superior y técnica de la región.
La historia de este joven abogado tucumano sin dudas dejó una enseñanza en su familia, amigos y compañeros. Un argentino con metas y proyectos que soñaba con un país mejor.
Fuente: tn.com.ar