Un hombre atacó a golpes, patadas y hasta ahorcó al médico de una guardia de hospital el lunes pasado en Granadero Baigorria, provincia de Santa Fe. El motivo de la agresión fue que se impacientó por la cantidad de tiempo que lo hicieron esperar.
El agresor ni siquiera era la persona que debía recibir atención médica sino que era el acompañante de una mujer en silla de ruedas que llegó a la guardia del Hospital Escuela Eva Perón cuando estaba “atravesando una crisis de angustia”.
“Nuestra guardia siempre está abarrotada de gente, nos ingresaba una ambulancia con una paciente de unos 80 años con luxación de cadera y teníamos otro paciente con cáncer adentro”, explicó el médico Leandro Giordana, la víctima del ataque.
Como primera medida, el personal médico confirmó que la mujer respiraba bien y estaba estable, y como no había espacio para verla en la sala de urgencias se la sumó a la lista de espera, lo que no dejó tranquilo a su acompañante.
En vez, Giordana explicó en declaraciones televisivas que el agresor invadió la guardia del hospital e increpó a los médicos, por lo que tuvo que ser expulsado por personal de la empresa de seguridad privada que trabaja en la institución.
Una vez afuera del edificio, el hombre fingió tener un episodio de convulsiones para atraer la atención nuevamente. “Dejamos todo lo que estábamos haciendo y nos acercamos. Vimos que solo estaba tirado en el suelo, lo que parecía claramente una actuación”, convino Giordana.
Con los médicos a su alrededor, el impaciente reaccionó.
“Nos empezamos a alejar hacia atrás, y ahí es cuando subo la escalera y el tipo viene corriendo y empieza a pegar sin mediar ningún tipo de palabra“, recordó Giordana, que se llevó la peor parte del ataque.
“Me pegó varios golpes y después cuando me tiró hacia abajo, me pegó dos rodillazos en la cara. Cuando me incorporo, me ahorcó de atrás. La policía y mi compañero de guardia intentaron reducirlo, pero estuvo más o menos 20 segundos golpeándome”, relató el médico, que hizo un fuerte descargo en Instagram a propósito del incidente.
“Ser médico es muchas cosas. Para mí, es una forma de vida, de ayudar a los demás, a quienes necesitan un antibiótico, un yeso o simplemente, que los escuchen; porque quiero ayudar. Soy docente en la UNR -Universidad Nacional de Rosario- hace 14 años, me rompo el lomo formándome como residente no rentado de cuarto año de Terapia Intensiva y estoy haciendo el posgrado de Medicina Legal y Forense. Pero ser médico también se transformó en un laburo con condiciones deplorables“, expresó el martes Giordana.
El médico enumeró cuestiones como “salarios de miseria, condiciones inhumanas donde muchas veces no tenemos agua, luz, calefacción o refrigeración, no tenemos ni donde comer o la comida es incomible”, y las jornadas laborales “de 24, 36, 48 horas, porque el personal de salud ‘siempre tiene que estar’“.
“A esa violencia y precarización que nos someten los de arriba, se le suma la violencia de la población. Y nosotros no tenemos garantías de seguridad para poder cuidar a la población, pero parece que tenemos que seguir; como si nada hubiera pasado, porque nada cambia, nada frena”, sentenció.
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Fuente: minutouno.com