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Guatemala: Bernardo Arévalo asumió la presidencia tras superar una arremetida judicial

El socialdemócrata Bernardo Arévalo finalmente asumió la presidencia de Guatemala en la madrugada del lunes, tras una tensa jornada en el Congreso y meses de una arremetida judicial atribuida a su promesa de combatir a los corruptos de la élite político-económica del país. En sus primeras declaraciones como mandatario, se comprometió a “rescatar a Guatemala de la corrupción y la impunidad”.

En una inédita sesión parlamentaria, que retrasó la investidura por más de nueve horas, los diputados de la anterior y nueva legislatura se enfrascaron en discusiones y votaciones a favor y en contra de la minoritaria bancada de Arévalo.

El sociólogo de 65 años esperaba en el Teatro Nacional, en el centro de la capital, para jurar como presidente por los próximos cuatro años en una ceremonia a la que asisten representantes de Estados Unidos, América Latina, la OEA y la Unión Europea.

Minutos después de la medianoche, juró como presidente para un mandato de cuatro años en un acto solemne. ”Sí, juro”, dijo con la mano izquierda en la Constitución y la derecha alzada, al ser investido por el jefe del nuevo Congreso, Samuel Pérez, miembro de su partido, constataron periodistas de AFP.

Arévalo asumió en reemplazo del conservador Alejandro Giammattei, cuya gestión se ha visto envuelta en repetidos escándalos de corrupción y quien estuvo ausente en la ceremonia.

”Me llena de profundo honor asumir esta alta responsabilidad”, dijo el flamante presidente, en su discurso inaugural. “Durante estos últimos meses nos hemos enfrentado a complejas tensiones y desafíos que llevaron a muchos a creer que estábamos destinados a un retroceso autoritario”, agregó.

Horas antes de jurar el cargo, instó a sus seguidores a abarrotar la emblemática Plaza de la Constitución de la capital para “festejar la nueva primavera en Guatemala”.

Seguidores de Arévalo se abarrotaron en la emblemática Plaza de la Constitución de la capital para “festejar la nueva primavera en Guatemala”MARTIN BERNETTI� – AFP�
La incertidumbre de la jornada provocó que la comunidad internacional urgiera al Congreso a cumplir con la voluntad expresada por los guatemaltecos en las urnas.

Con música y bailes, miles de seguidores de Arévalo lo esperaban desde hace horas para una fiesta popular en la Plaza de la Constitución, frente al Palacio Nacional, desde cuyo balcón los saludará el nuevo presidente.

Los partidarios del presidente electo de Guatemala, Bernardo Arévalo, permanecen fuera del Palacio Nacional de Cultura esperando el inicio de la ceremonia de inauguración de Arévalo en la Ciudad de Guatemala (Photo by MARTIN BERNETTI / AFP)�MARTIN BERNETTI� – AFP�
El también exdiplomático y filósofo pasó inesperadamente en junio a la segunda ronda presidencial con una candidata conservadora aliada del oficialismo, a quien venció cómodamente con un 60% de los votos por su mensaje anticorrupción.

Desde entonces, Arévalo y su partido, el Movimiento Semilla, enfrentaron una ofensiva judicial que él denunció como un “golpe de Estado”, detrás del que estaría la élite política y económica que por décadas ha regido los destinos del país.

La Fiscalía intentó retirarle la inmunidad de presidente electo, desarticular su partido progresista y anular los comicios, argumentando que hubo anomalías electorales.

La embestida, basada en casos “espurios” según Arévalo, fue condenada por la ONU, la OEA, la Unión Europea y Estados Unidos, que sancionó a cientos de fiscales, jueces y diputados por “corrupción” y “socavar la democracia”.

El camino de Arévalo a la presidencia fue tortuoso hasta el final.

Tras horas de debates, el Congreso saliente declaró independientes a los 23 diputados de Semilla, argumentando que obedecía la orden judicial que suspendió temporalmente al partido por supuestas irregularidad en su creación en 2017.

Pero en un giro inesperado, luego de instalado el nuevo parlamento, Semilla logró mediante con otros partidos políticos que se revirtiera esa decisión. Recuperaron su bancada y, aún más, la presidencia del Congreso.

“Felicidades presidente”, escribió Arévalo en la red social X (antes Twitter), al celebrar la elección de Samuel Pérez, de 31 años, como jefe parlamentario.

“¡Sí se pudo!”, coreaban otros cientos de simpatizantes en las afueras de la sede del Congreso.

Con el camino allanado, Arévalo jurará en breve para sustituir al derechista Alejandro Giammattei, quien ha sido vinculado con la “élite corrupta” y durante cuyo gobierno se exiliaron decenas de fiscales, jueces y periodistas que denunciaron actos de corrupción.

“Hay hartazgo del pueblo de tanto abuso, robo, corrupción y de tanta humillación al pueblo de Guatemala”, dijo a la AFP la lideresa indígena Alida Vicente, de 43 años.

Analistas advierten que lo más duro está por venir y no descartan que la Fiscalía continúe la persecución y solicite al Congreso retirarle la inmunidad de presidente.

Arévalo dijo que esta misma semana le pedirá la renuncia a la fiscal general Consuelo Porras, a la cabeza de la ofensiva judicial y quien fue ratificada en su puesto por Giammattei hasta 2026.

Pero una renuncia de Porras es poco probable, según los analistas. Y aunque este domingo logró acuerdos políticos, lidiará con un Congreso donde su bancada tiene solo 23 de las 160 curules.

Arévalo reconoce que afrontará enormes desafíos pues las “élites político-criminales, al menos durante un tiempo, seguirán enquistadas” en poderes del Estado.

La Guatemala que hereda ocupa el puesto 30 de 180 países en el ranking de corrupción de Transparencia Internacional y con 60% de sus 17,8 millones de habitantes en la pobreza, uno de los índices más altos de América Latina.

Según Arévalo, “lo más urgente” es recuperar las instituciones “cooptadas por los corruptos”, pero “lo más importante” es trabajar por el desarrollo social.

Hijo de Juan José Arévalo (presidente de 1945-1951), impulsor de reformas sociales, nació en Montevideo y vivió de niño en Venezuela, México y Chile, en el exilio de su padre tras el golpe de Estado orquestado por Washington en 1954 contra el progresista Jacobo Árbenz.

Agencia AFP

LA NACION

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Conocé The Trust ProjectFuente: lanacion.com.ar

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