La decisión tiene un objetivo claro y es evitar los aranceles que Trump impuso a China – que se elevaron hasta 145% semanas atrás – aunque ambas potencias ahora dan un paso hacia la tregua comercial. El director ejecutivo de la empresa, Tim Cook, detalló: “Para el trimestre que termina en junio, prevemos que la mayoría de los iPhones vendidos en EE.UU. provengan de India, y que Vietnam sea el país de origen de casi todos los iPad, Mac, Apple Watch y AirPods vendidos en EE.UU”.
La decisión del gigante tecnológico no es para ser tomada a la ligera. El director ejecutivo de Moor Insights & Strategy, Patrick Moorhead, calificó la medida de “impresionante” y ahondó: “Esto supone un cambio notable con respecto a lo que (Cook) dijo hace unos años, cuando afirmó que solo China podía fabricar iPhones”.
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La guerra comercial modifica las reglas de juego de diversas industrias.
Foto: South China Morning Post
La nueva política arancelaria de Trump provocó que los productos de una de las marcas más populares del mundo –teléfonos, laptops, tabletas y relojes inteligentes– quedaran expuestos a un sensible suba en sus precios en Estados Unidos. Es que el arancel del 145% a los productos importados desde China que aplicó el republicano – aunque luego eximió temporalmente de ese impuesto a los electrónicos -, afecta directamente a la cadena de producción de Apple.
El golpe de los aranceles sobre las cuentas de diversas empresas puede ser desestabilizante. Apple afirmó que, en el trimestre actual, sus costos pueden elevarse en u$s900 millones a causa de la decisión de Trump.
Apple reconfigura su producción: ¿dónde se fabrican hoy los iPhone?
Estados Unidos representa uno de los principales mercados para Apple. De hecho, más de la mitad de los smartphones vendidos allí durante el año pasado fueron iPhones, según datos de la consultora Counterpoint Research.
Pese a la fuerte presencia en el mercado estadounidense, el 80% de los dispositivos que se comercializan en ese país siguen siendo fabricados en China. El 20% restante, en cambio, proviene de India.
En los últimos años, Apple —al igual que otros gigantes del sector como la surcoreana Samsung— inició un proceso de diversificación de su cadena de suministro, para reducir su histórica dependencia de China. En ese contexto, países como India y Vietnam comenzaron a ganar terreno como polos alternativos de producción.
El objetivo de Trump: fabricar en Estados Unidos
La administración de Donald Trump viene redoblando su apuesta para relocalizar la producción tecnológica en Estados Unidos. En ese marco, el presidente Trump defendió sus fuertes medidas arancelarias como una herramienta para incentivar la fabricación local de dispositivos clave como teléfonos inteligentes, chips y computadoras.
El pasado 12 de abril, Trump suspendió temporalmente los aranceles sobre productos electrónicos y ordenó al Departamento de Comercio realizar una investigación sobre el mercado de semiconductores. El organismo cuenta con un plazo de 270 días para presentar recomendaciones, aunque se espera que las decisiones finales puedan llegar antes.
Pese a esta tregua parcial, el subjefe de gabinete de política de la Casa Blanca, Stephen Miller, advirtió que los productos electrónicos siguen afectados por el arancel del 20% impuesto a China por su vinculación con el fentanilo lo que podría traducirse en una suba del costo para los usuarios.
Desde el gobierno explicaron que las exenciones buscan darle tiempo a las compañías para reubicar sus cadenas productivas. “El presidente Trump ha dejado claro que EE.UU. no puede depender de China para la fabricación de tecnologías críticas como semiconductores, chips, teléfonos inteligentes y computadoras portátiles”, sostuvo la secretaria de prensa Karoline Leavitt en un comunicado. Y agregó: “Siguiendo las instrucciones del presidente, estas empresas se están apresurando a trasladar su producción a EE.UU. lo antes posible”.
La apuesta de Apple y los desafíos logísticos
En febrero, Apple anunció una inversión de US$500.000 millones en Estados Unidos, una señal fuerte que el equipo de Trump interpreta como una victoria de su política industrial. Sin embargo, los analistas advierten que relocalizar la producción desde Asia no será ni rápido ni barato.
“La realidad es que, según nuestras estimaciones, se necesitarían tres años y US$30.000 millones para trasladar incluso el 10% de su cadena de suministro de Asia a EE.UU., con una interrupción importante en el proceso”, explicó Dan Ives, analista de Wedbush Securities, en una publicación en X realizada el 3 de abril.
¿Qué pasará con el precio del iPhone?
Por ahora, Apple no confirmó si modificará su estrategia de precios. Pero si los aranceles y los mayores costos logísticos terminan trasladándose al consumidor, el impacto podría ser significativo.
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Apple todavía no confirmó si los nuevos costos serán trasladados al valor del producto.
Antes de que el arancel a los productos chinos escalara al 145%, UBS estimaba que con una tasa del 125%, el precio de un iPhone 16 Pro Max (256 GB) fabricado en China pasaría de US$1.199 a US$1.999 más impuestos —que en EE.UU. pueden oscilar entre 0% y casi 13% dependiendo del estado y condado.
En contraste, el iPhone 16 Pro con 128 GB, producido en India, tendría un ajuste más moderado: un alza del 5%, de US$999 a US$1.046 más impuestos.
Pero si la producción se traslada completamente a EE.UU., el salto podría ser mucho más pronunciado. Algunos especialistas, como el propio Dan Ives, sostienen que un iPhone “Hecho en EE.UU.” podría costar hasta US$3.500.
Fuente: ambito.com