La inteligencia artificial será en 5 años una parte natural de las operaciones empresariales

El panorama empresarial argentino vive una transformación sin precedentes. La inteligencia artificial (IA) ha dejado de ser una promesa tecnológica para convertirse en el motor estratégico que redefine competitividad, eficiencia e innovación.

Según explicó a iProfesional Eliana Giunta, directora comercial de la consultora Taligent, “las empresas están pasando de la etapa de exploración a la implementación concreta”, especialmente en sectores como agro, energía, retail e industria.

La ejecutiva de esta consultora argentina especializada en datos e IA, que entre sus clientes tiene a empresas como Bayer, YPF, Newsan y Día, detalló cómo compañías líderes están obteniendo resultados tangibles, las métricas que demuestran su impacto, y la hoja de ruta para integrar IA en el corazón de los negocios.

Panorama actual de adopción de IA

El escenario muestra una aceleración sin precedentes. Aunque el contexto económico argentino presenta desafíos, el interés por la inteligencia artificial creció exponencialmente. Sectores como agro, retail, banca e industria lideran esta adopción, impulsados por cuatro ventajas clave:

Automatización de procesos operativos complejos. Generación de conocimiento accionable desde los datos. Creación de nuevos modelos de negocio. Mejora radical en la experiencia del cliente. “La combinación de talento local, acceso a herramientas globales en la nube y mentalidad creativa hace de la Argentina un terreno fértil para innovar con IA“, destacó Giunta. Las empresas comprenden que esta tecnología es ahora una ventaja competitiva estratégica: quienes optimicen costos y aceleren procesos con IA liderarán en calidad y velocidad frente a su competencia.

Métricas de retorno de inversión (ROI)

Taligent enfoca sus herramientas en generar valor tangible, no solo en funcionalidad técnica. Para medir el ROI, combinan:

Métricas cuantitativas duras: Incremento de productividad, conversión de ventas y ahorros por eficiencia operativa. Impactos derivados: Mejora en calidad, experiencia del cliente, NPS (Net Promoter Score) y personalización. Adopción interna: Curva de adopción, nivel de uso efectivo y velocidad de aprendizaje de equipos “El éxito de la IA se mide en valor real para el negocio. Proponemos mediciones personalizadas para cada proyecto, asegurando que cada solución sea técnicamente sólida y rentable”, explicó Giunta. Este enfoque evita la “tecnología por tecnología” y vincula directamente la IA con indicadores de negocio.

Tiempo para resultados tangibles

El período de implementación varía según tres factores críticos:

Complejidad del caso de uso. Madurez de los datos (limpieza, catalogación, integridad). Claridad de los procesos del negocio. Con metodologías ágiles y tecnologías basadas en servidores de acceso remoto (computación en la nube, en la jerga informática), los primeros resultados aparecen entre 4 y 12 semanas en herramientas como:

Automatización de consultas. Predicciones de demanda. Clasificación inteligente de información. “La clave está en empezar con algo pequeño, medir rápido y crecer con evidencia”, señaló Giunta. Proyectos con objetivos claros, buen diseño de datos y foco en procesos de alto impacto generan valor acelerado.

Estrategia de inteligencia artificial a largo plazo

La incorporación sostenible requiere cimientos sólidos. Giunta detalló la siguiente hoja de ruta:

Base de datos robusta: Arquitectura integrada con gobierno claro, catálogo definido y políticas de calidad/seguridad. Procedimientos operativos estandarizados: Identificación, priorización y evaluación de casos de uso alineados con métricas del negocio. Pilotos de bajo riesgo/alto aprendizaje: Iniciar con casos simples para validar capacidades y ajustar procesos. Escalado progresivo: Implementar aceleradores como automatización, analítica predictiva o NLP en procesos críticos. “La IA debe integrarse como capacidad transversal, no como herramienta puntual”, enfatizó Giunta. Esta visión asegura que los esfuerzos generen impacto medible y sostenible.

Evolución del mercado en 5 años

El futuro inmediato trae cambios disruptivos:

Transición de herramientas a agentes autónomos: Sistemas que ejecutan acciones, toman decisiones y colaboran como miembros de equipos. IA embebida en cada proceso: Desde interacción con clientes hasta desarrollo de productos. Innovación exponencial: Tecnologías actuales se convertirán en commodity en 12 meses. Habilitación de modelos de negocio inéditos: El diferencial ya no será tener IA, sino usarla para crear lo que la competencia no comprende. “En cinco años, conviviremos con agentes inteligentes como parte natural de las operaciones empresariales”, anticipó Giunta. Las empresas que no adopten inteligencia artificial como pilar estratégico perderán ventaja competitiva y eficiencia.

Eliana Giunta

Eliana Giunta

Casos de éxito con ROI demostrable

Giunta compartió los siguientes casos de éxitos de clientes de Taligent:

Cadena de farmacias

Desafío: Bajo rendimiento en canales digitales (tickets reducidos, poca retención). Solución: Sistema de recomendaciones inteligentes. Resultados en meses: +112% productos agregados al carrito; +53% facturación total; y +155% ingresos por productos recomendados.

Frigorífico líder

Desafío: Optimización de producción con cortes variables por mercado. Solución: Modelo que maximiza aprovechamiento de materia prima según demanda. Impacto: Cumplimiento del 100% de pedidos de exportación y mercado local, con máxima eficiencia en desposte.

Empresa de consumo masivo

Desafío: Optimización de distribución con decenas de variables simultáneas. Solución: Modelo de planificación de entregas. Resultado: Maximización de OTD (On Time Delivery) imposible de lograr con planeamiento manual.

Aceptación entre líderes empresariales

El “mindset” directivo evolucionó radicalmente. “Ya no preguntan ‘¿qué hace la IA?’, sino ‘¿cómo la usamos para resolver problemas reales?'”, observó Giunta. Se percibe:

Cambio de conversación: De novedad tecnológica a herramienta estratégica. Conciencia de urgencia: Reconocimiento de que la IA no es opcional para competir. Dualidad actitudinal: Mentalidad innovadora versus temor a perder control. Agenda prioritaria: La IA escaló de escepticismo a tema recurrente en directorios. “Aunque persisten resistencias, predomina la visión de que incorporar IA es condición necesaria para resolver desafíos reales con soluciones innovadoras”, concluyó Giunta.

La ventaja competitiva del futuro

La inteligencia artificial transita de ser un diferenciador por convertirse en el nuevo estándar competitivo. Incluso en contextos desafiantes, es posible implementar herramientas con ROI tangible en semanas, no en años. Los casos de éxito en farmacias, frigoríficos y consumo masivo revelan patrones clave: inicio con pilotos de alto impacto, medición rigurosa y escalamiento progresivo.

El futuro inmediato trae agentes autónomos capaces de tomar decisiones operativas, no solo de analizar datos. Como señaló Giunta, la próxima frontera no será quién tenga IA, sino quién la use para crear lo que su competencia ni imagina.

Para las empresas argentinas, este momento representa una oportunidad histórica: aprovechar el talento local, la creatividad y las herramientas globales para construir ventajas competitivas desde el cono sur hacia el mundo.

Fuente: iprofesional.com

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