Investigadores surcoreanos entrenaron sistemas de IA para identificar biomarcadores del trastorno por déficit de atención e hiperactividad en imágenes de la retina.
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La clave está en la retina: este tejido, íntimamente conectado con el sistema nervioso central, puede reflejar cambios estructurales y vasculares vinculados a alteraciones neurológicas o psiquiátricas. En el caso del TDAH, algunos estudios han demostrado que los niveles irregulares de dopamina -un neurotransmisor asociado al control de impulsos y la atención- podrían estar relacionados con un engrosamiento de la retina y una densidad anormal de vasos sanguíneos.
El estudio fue realizado en Corea del Sur
Para el estudio, los expertos analizaron 1.108 imágenes oculares tomadas a 646 menores de 19 años, todos pacientes de dos hospitales de Corea del Sur. Parte de los participantes ya había sido diagnosticado con TDAH, mientras que otros no presentaban alteraciones neurológicas y fueron incluidos como grupo de control.
Los primeros análisis revelaron diferencias notables en las imágenes de quienes padecen el trastorno: mayor densidad vascular, vasos más anchos y ciertas irregularidades en el disco óptico. A partir de esos datos, los investigadores entrenaron cuatro sistemas de inteligencia artificial para que aprendieran a identificar esos biomarcadores. El resultado fue contundente: las IAs lograron distinguir entre pacientes con TDAH y personas neurotípicas en casi el 97% de los casos.
“La dopamina parece tener un papel importante en el desarrollo de la retina, la señalización entre neuronas, la adaptación sináptica y los cambios en la vascularización”, señala el informe publicado en Nature. Y agrega: “Nuestros resultados coinciden con esa hipótesis, ya que encontramos anomalías neurovasculares significativas en niños con TDAH”.
Aunque existen otras técnicas de detección con márgenes de precisión similares, muchas de ellas resultan costosas o poco viables para su aplicación generalizada. En ese sentido, los métodos basados en inteligencia artificial y análisis de imágenes oculares podrían ofrecer una alternativa rápida y más accesible para facilitar la detección temprana.
Eso sí, los autores del estudio aclaran que esta herramienta no reemplaza el diagnóstico clínico tradicional. La evaluación profesional, basada en entrevistas, test estandarizados y observación del comportamiento, sigue siendo indispensable. Lo que proponen es sumar evidencia objetiva que permita confirmar o descartar el diagnóstico, del mismo modo que ocurre con algunas enfermedades como el cáncer de mama o el Parkinson.
El TDAH es un trastorno del comportamiento que se manifiesta principalmente a través de la falta de atención, la impulsividad y la hiperactividad. Según la Organización Mundial de la Salud, comienza en la infancia o adolescencia y afecta aproximadamente al 5,29% de la población mundial en esas etapas de la vida.
Fuente: ambito.com