Para aquellos que visitan “La Ruta de la Fe en Tucumán”, incluso los más escépticos, experimentarán un sentimiento de emoción al recorrer las numerosas iglesias y capillas que se entrelazan entre edificios, valles, lomadas y cerros.
Cada una de ellas guarda una historia de fe que atrapa al visitante y lo sumerge en un mundo de devoción y misterio.
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El Circuito Sur de la Ruta de la Fe ofrece una serie de lugares sagrados que no deben pasarse por alto en un itinerario religioso en Tucumán.
Santuario de la Virgen del Valle, una parada obligada en La Ruta de la Fe en la Reducción, Lules
Uno de los destinos destacados es el Santuario de la Virgen del Valle en La Reducción, Lules. Este santuario enamora a los turistas de todas las creencias, ya que encierra una historia rica y conmovedora. Cada 8 de diciembre, día de la Inmaculada Concepción de María, miles de peregrinos se reúnen allí en un acto de fe que se ha convertido en una tradición arraigada.
La leyenda cuenta que el 26 de noviembre de 1923, una feroz tormenta de piedras azotó La Reducción. Las familias, temiendo por sus cultivos, se refugiaron en la oración del Rosario, suplicando que sus tierras no sufrieran daños.
Para su sorpresa, ninguna parcela resultó afectada. Poco después, descubrieron enterrada cerca de un algarrobo una pequeña imagen de la Virgen María Inmaculada, considerándolo un milagro. Desde entonces, la veneración a la Virgen se ha vuelto recurrente en el santuario.
Ruinas Jesuíticas de San José en Lules
Otra parada imprescindible en este circuito es la visita a las Ruinas Jesuíticas de San José en Lules. Estas ruinas son un testimonio vivo de la época de la conquista española y el lugar donde los jesuitas cultivaron por primera vez la caña de azúcar.
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Conformadas por una antigua capilla y un convento fundados por la Compañía de Jesús en 1670, las ruinas albergan dormitorios, talleres, un almacén y el colegio donde los indios Lules estudiaban. Incluso se dice que fue el primer colegio público de Argentina. En la antigua sacristía se encuentra un museo que muestra la historia y la importancia de este lugar.
Parroquia Inmaculada Concepción
La Parroquia Inmaculada Concepción en Concepción también merece una visita. Esta iglesia comenzó a construirse en la década de 1850 y guarda una imagen de la Inmaculada Concepción que ha sido venerada por soldados que luchaban contra Rosas y que fue regalada a una anciana como muestra de agradecimiento.
La creación de esta capilla en honor a la advocación de María cambió el nombre de la ciudad, antes conocida como La Ramada, a Concepción. La imagen, tallada en quebracho y con más de un metro de altura, refleja la autoría de un artista de la escuela española.
La Iglesia Nuestra Señora de la Merced en Simoca es otro punto de interés en la ruta. Fundada en 1859, es la iglesia más antigua de la zona este de Tucumán. Al principio, era solo un pequeño rancho donde se veneraba a San Juan.
Sin embargo, Manuel de Albornoz, encargado del gobierno local, trajo una imagen de la Virgen de la Merced desde Perú. La devoción que la imagen despertó en los fieles llevó a cambiar el nombre de la iglesia y convertir a la Virgen en patrona del pueblo. Cada 24 de septiembre, día de la Virgen de la Merced, miles de feligreses llenan el templo.
Iglesia de la Villa de Medinas
En la Villa de Medinas se encuentra otra joya arquitectónica, la Iglesia de la Villa de Medinas. Construida alrededor de 1868 por el párroco Miguel Román, es una iglesia magnífica con un rico patrimonio artístico.
Destaca una antigua imagen de la Virgen de la Merced tallada en madera semidura con una lámina de oro que data de 1600. La iglesia es sede de dos importantes festividades: la Coronación de la Virgen el 15 de julio y el día de la Virgen de la Merced el 24 de septiembre, que atraen a miles de peregrinos.
La Parroquia Nuestra Señora del Rosario en Monteros en “La Ruta de la Fe”
La Iglesia Parroquial Nuestra Señora del Rosario en Monteros también es un lugar destacado en esta ruta. Sus orígenes se remontan a los tiempos de la fundación de San Miguel de Tucumán, en la zona de Ibatín.
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Las tierras que hoy conforman la ciudad de Monteros fueron entregadas como pago al Capitán Espinoza, devoto de la Virgen del Rosario. En honor a la Virgen, se construyó una modesta capilla de adobe y paja.
En 1719, ocurrió un episodio conocido como el Milagro de la Virgen, cuando la imagen lloró durante tres días. Este evento fortaleció aún más la devoción de los fieles y llevó a la construcción de una iglesia más grande, que fue inaugurada en 1962. Cada año, se celebra la Fiesta del Rosario el primer domingo de octubre.
Parroquia Nuestra Señora del Carmen en Famaillá
La Parroquia Nuestra Señora del Carmen en Famaillá también merece una visita. Según un testamento de 1796, la parroquia tiene más de 250 años de antigüedad. El edificio actual fue inaugurado en 1962 después de casi 20 años de trabajo.
La parroquia cuenta con una rica historia y una fachada distintiva de estilo italiano. La imagen de la Virgen del Carmen, tallada en madera, fue traída desde España por un Padre Carmelita. Cada año, el 31 de julio, se celebra una fiesta en honor a San Ignacio de Loyola en la ciudad, donde los residentes participan en misas, bautismos y festivales folclóricos.
Parque Temático Galería de la Veneración
El Parque Temático Galería de la Veneración es un lugar especial en la ruta. Inaugurado en 2003, este parque temático está dedicado a manifestaciones religiosas vinculadas a la fe católica. Cuenta con grutas, monumentos y una majestuosa fuente. Además, se destaca la representación de la aparición de la Virgen de Fátima y un monumento en honor al Papa Juan Pablo II y la Madre Teresa de Calcuta.
Iglesia Jesuítica de San Ignacio de Loyola
La Iglesia Jesuítica de San Ignacio de Loyola, ubicada en la localidad de San Ignacio, en el departamento La Cocha al sur de Tucumán, es un verdadero tesoro histórico. Construida entre 1746 y 1757, esta iglesia de estilo colonial o jesuítico fue realizada por los indios bajo la guía de los padres jesuitas.
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Para llegar a esta joya arquitectónica desde San Miguel de Tucumán, se debe tomar la Ruta Nacional N° 38 hacia el sur, recorriendo 127 kilómetros hasta llegar a la localidad de La Cocha. Luego, se toma la Ruta Provincial N° 334 y se viajan 5 kilómetros hacia el oeste hasta llegar a la comuna de San Ignacio.
La iglesia fue declarada Monumento Histórico Nacional de Argentina en 1941. Desde allí, los jesuitas administraron una extensa estancia que se extendía por el sur del territorio de Tucumán, así como por las provincias de Catamarca y Santiago del Estero.
Ubicada en un lugar elevado, en el centro del cementerio de la localidad de San Ignacio, la iglesia es un testimonio vivo de la reducción jesuítica que fue la primera en fabricar azúcar en la provincia. El templo, rodeado por un camposanto, sigue siendo un lugar de devoción y celebración. Allí se llevan a cabo misas, devociones centenarias e incluso festivales folclóricos que manifiestan la fe de los fieles.
Se cuenta que existen túneles subterráneos que conectan la iglesia con el área de Monte Grande, a 3 kilómetros de distancia, rememorando la época jesuítica y añadiendo un misterio adicional a este lugar histórico.
Cada año, el 31 de julio, San Ignacio se convierte en un escenario de fiesta en honor al Santo San Ignacio de Loyola. La celebración comienza con una serenata al santo en los primeros minutos de la fecha. Durante el día se realizan misas, bautismos y juegos, y al atardecer da inicio un festival folclórico que llena de alegría y fervor a la comunidad.
La Ruta de la Fe, un viaje que invita a adentrarse en la historia y la devoción en Tucumán
La Ruta de la Fe en Tucumán es un viaje que invita a adentrarse en la historia y la devoción de la región. Estos lugares sagrados son testimonios vivos de la fe y la cultura religiosa que han dejado una huella profunda en la identidad de la provincia. Ya sea por su arquitectura, sus historias o el fervor de sus fieles, cada uno de estos sitios ofrece una experiencia única que deja una impresión duradera en el corazón de quienes los visitan.