En la tierra de Monteros, en el interior de Tucumán, se encuentra un postre con historia y tradición que ha endulzado la vida de los tucumanos durante décadas: las hojuelas. Se dice que este dulce viajó desde España, arraigado en las celebraciones de Semana Santa, y encontró su hogar en esta hermosa localidad argentina.
Sin embargo, la historia de éste manjar se remonta a la tradición árabe. Aunque el verdadero origen no es de nuestra ciudad, las hojuelas monterizas no poseen la forma original de aquellas tortas fritas que durante siglos recorrieron el mundo.
Doña Dominga Liberata Ríos de Chaile, una entrañable mujer de 85 años, ha dedicado más de 50 años de su vida a deleitar a nuestra comunidad con dos postres que son considerados auténticas comidas ancestrales: las hojuelas y el famoso pastel de novio. Su legado gastronómico ha sido transmitido de generación en generación y es apreciado por todos los que han tenido la fortuna de probarlo.
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La dulce tradición de Doña Dominga: la historia detrás de las hojuelas
La Feria de Artesanías y Productos Regionales del NOA, que se realiza anualmente en Monteros, ha sido un escenario clave para doña Dominga Ríos de Chaile, quien ha participado en casi todas las ediciones del evento desde su inicio en 1967. Su puesto de hojuelas, pionono, pastel de novio y pastafrola ha sido un punto de encuentro para los amantes de los sabores tradicionales de la región.
Las hojuelas, el exquisito protagonista de esta historia, están hechas a base de manteca, jugo de naranja, harina común, yema de huevo y almíbar. El proceso para crearlas es un arte en sí mismo: se estira la masa, se corta en pequeños pedazos y se fríen en aceite hasta que queden enrolladitas. El almíbar es el secreto para dotarlas del dulzor necesario y lograr ese característico crocante.
Un legado de sabor
En una entrevista realizada a El Tucumano, Doña Rosa comparte con orgullo su receta y técnica, asegurando que sus hijas, Rossana y Magalí, han aprendido el arte culinario y están listas para llevar adelante esta deliciosa tradición. Con el amor y la dedicación de varias generaciones, la receta de las hojuelas se preservará y continuará siendo disfrutada por los paladares de Monteros.
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El puesto de doña Chaile en la feria fue un éxito rotundo, y cada día, al llegar la noche, se vaciaba por completo debido a la gran demanda de estos deliciosos manjares. Las hojuelas, con su sabor y textura inconfundibles, se han convertido en el producto más vendido y aclamado por los visitantes.
Con profundo agradecimiento a doña María, quien enseñó a doña Dominga esta antigua receta cuando era joven, la tradición de las hojuelas se mantiene viva y pasará a las nuevas generaciones. Aunque el tiempo pase, la esencia de esta dulce tradición prevalecerá y continuará siendo parte de la identidad gastronómica de Monteros.
Con la esperanza de que Dios les permita seguir, las hojuelas y el legado de doña Dominga perdurarán en el tiempo, compartiendo alegría y dulzura con todos los que tengan el placer de probarlas en la Feria de Artesanías y Productos Regionales del NOA.