El Gobierno logró domar al dólar, luego de varias jornadas donde la cotización pareció escaparse más allá del objetivo de los funcionarios. Para lograrlo, puso en marcha distintas medidas. “Sacó la caballería a la City”, graficó el director de un banco, que hacia el final de la tarde de ayer también retomaba la calma.
La cotización del billete en el segmento mayorista —que arrancó la jornada en $1.300— finalmente cerró en $1.258, con un descenso del 1,7% contra el valor del lunes.
El Gobierno interviene para calmar al dólar
Los dólares financieros —MEP y CCL— también bajaron hasta $1.276 y $1.280, entre $15 y $20 por debajo del cierre anterior. Y el blue bajó a $1.330, con una caída de $10.
El enfriamiento en el mercado cambiario, que se había embarullado en medio de la disolución de las LEFI y la esperada contracción de la oferta de divisas del campo, llegó luego de varios anuncios y más intervenciones oficiales en el mercado de futuros del dólar y en el monetario.
Por ahora, y a pesar de la volatilidad en el mercado cambiario, las empresas fabricantes de alimentos no prevén subas de precios. “Estamos más preocupados por vender y sostener el volumen de nuestras ventas que por si el dólar vale unos pesos más. Nuestras materias primas tampoco se mueven. Mientras el dólar no rompa el techo de $1.300, no hay margen para sacar nuevas listas de precios”, enfatiza —en diálogo con iProfesional— el director de una compañía líder de la industria alimenticia.
Mal timing y menos dólares del campo: algo falló
En los bancos creen que el Gobierno falló en el timing de sus últimas medidas. En particular, en el desarme de las LEFI, las Letras que estaban en poder de bancos públicos y privados, por un total de $15,5 billones.
Ese desarme provocó que quedara un remanente de $10 billones en el mercado, que generó una demanda de dólares, en un momento poco propicio.
En este momento hay una demanda estacional elevada de divisas, por parte de quienes cobran los aguinaldos, y a la vez existe una expectativa negativa, dado que se espera una disminución drástica en la oferta de dólares de las cerealeras exportadoras, desde la semana que viene.
La liquidación de los agroexportadores —que llegó a un pico de u$s500 millones en un solo día, pero que promedió los u$s250 millones diarios durante la última semana— se achicará drásticamente a partir del martes que viene.
Para ese momento se terminan los compromisos de las declaraciones juradas firmadas antes de la suba de las retenciones de la soja, del 26% al 33%.
Entre la “tormenta de pesos” y una “tormenta de dólares” que tiene fecha de finalización, el mercado del dólar quedó desarbitrado y hubo tensión en la City.
“Aseguran importante actividad oficial en el mercado de futuros para apuntalar la baja de los precios del dólar mayorista”, posteó el operador de cambios, Gustavo Quintana.
Luis Caputo anticipa un “nuevo dólar de equilibrio”
“La preocupación era qué podría pasar el día después de que se terminen las liquidaciones del campo. Caputo busca convencer al mercado de que el nuevo nivel del dólar tendrá un techo de $1.300 (en el mayorista)”, dice Javier Casabal, analista de Adcap en diálogo con iProfesional. “Es lo que se está viendo en el mercado de futuros, donde hubo una fuerte intervención oficial en las últimas jornadas”, agregó Casabal.
“Vemos una recalibración del programa”, asume el analista.
Para asegurarse de que los pesos sobrantes del desarme de las LEFI no fueran a buscar dólares, el Gobierno recalibró y convocó a una licitación de nueva deuda en pesos fuera de agenda. Esa licitación se llevará a cabo hoy, pero en el mercado ya asumieron una suba de las tasas de interés.
Junto con esa operación ya programada, el Banco Central hizo una verdadera operación de pinzas para forzar a una baja del tipo de cambio. Por un lado, intervino en los futuros del dólar y, por el otro, reactivos los pases pasivos, con lo cual buscó asegurarse una absorción de pesos adicional.
“Todo este movimiento implicó que la tasa del Tesoro subiera al 35% anual —que implica algo así como 2,8% mensual con una inflación de 1,6%—. Es una tasa de interés elevada, pero que asume el objetivo de la desinflación”, dijo a iProfesional el analista Martín Genero, de Clave Bursátil.
¿La suba de tasas impacta en la economía real?
A diferencia de lo que podría suponerse, la suba de la tasa de más corto plazo no debería suponer un mayor costo a las empresas que buscan financiamiento.
“Creo que la suba de tasas es algo más bien de corto plazo para evacuar los pesos sobrantes, también a muy corto plazo. Las tasas un poquito más largas, a seis meses, por ejemplo, se encuentran en niveles bastante similares a los que veíamos hace un par de semanas. Nada nuevo”, enfatiza Casabal.
“De todas formas, una vez que se haya estabilizado el mercado cambiario, y por ende, las expectativas de inflación, deberíamos volver a ver un sendero de reducción de tasas, que vayan reduciendo el costo de financiamiento de las empresas”, concluye el analista de Adcap.
Fuente: iprofesional.com