Hace 144 años la plaza de Monteros pasaba a llamarse Bernabé Aráoz. El presidente de la Corporación Municipal de aquel tiempo, don Juan Garín, ordenó que el 6 de enero del año 1879 el principal paseo público de la ciudad cambiara de nombre.
Antes de ello, lo que hoy se conoce como plaza Bernabé Aráoz, se llamaba Plaza Central. El cambio de nombre se debe en homenaje al monterizo por los servicios prestados en la causa de la independencia Argentina.
Se presume que aquel acto de inauguración estuvo presidido por las autoridades y por miembros de la familia Aráoz.
Para entender la historia de cómo surgió el cambio de nombre de la actual plaza Bernabé Aráoz de la ciudad de Monteros, debemos remontarnos hacia sus inicios en la época colonial.
Existe una breve reseña histórica de la plaza Bernabé Aráoz que fue compartida en la red social de Facebook por la Dirección de Turismo de la Municipalidad de Monteros el año pasado.
Reseña Histórica de la Plaza Bernabé Aráoz
La historia de la plaza de Monteros se remonta en sus inicios a la época colonial y tiene puntos de conexión con variadas aristas relacionadas entre sí, como son los caminos y rutas de la época, el cabildo, la iglesia y el milagro de la Virgen del Rosario que dan lugar al origen del sitio llamado “la plaza”.
Para entender el proceso de creación y los movimiento que dieron su origen; comencemos con el llamado camino real (lugar por donde pasaba el rey) en donde la calle Colón era el trayecto que se utilizaban cuando venían las caravanas desde Ibatín, cruzaban y bordeaban el río Mandolo, el Pueblo Viejo y atravesaba derecho la Colón hasta lo que es hoy el actual gimnasio municipal, llegaba al río y se desviaba el camino hasta Santa Lucía.
También incide en su creación, la existencia de un cabildo (actualmente es la policía) que tenía como función cobrar impuestos y peajes a las caravanas y estas se instalan al frente de la iglesia para descansar y pernoctar.
Otro hecho de importancia que contribuye es la procesión del milagro de la virgen del rosario y donde se realizó un camino al cabildo que duró mucho tiempo.
Entre los años 1810 y 1820 figura el espacio libre de la plaza. La gente del cabildo del lugar la llamaba “plaza central”; en aquellos tiempos era un simple campo de tierra, con sus cuadras a la vuelta.
En la fecha del 6 de enero de 1879 el presidente de la corporación municipal de aquel tiempo don Juan Garín le decide realizar un homenaje con el nombre plaza Bernabé Aráoz y junto con la inauguración de la plaza se coloca una pirámide en el centro similar a la pirámide de mayo con 4 placas dedicadas a personajes destacados. Esta pirámide duró hasta 1916 y por su deterioro el Concejo Deliberante de esa época decide realizar para la posteridad como homenaje del centenario de la declaración de la independencia su reemplazo por una fuente, artística y alegórica. Ese mismo año también se dona un busto del General Belgrano. A la fuente en el imaginario colectivo los chicos les denominan “chanchitos” y en realidad son tritones, una figura mitológica griega.
Otras anécdotas históricas de la plaza es su iluminación que data de los años 1870. A partir de 1916 se comienza a utilizar la energía eléctrica para su iluminación. En aquella época también se inicia un proceso de arbolado y de mejoras tales como la instalación de baldosas, bancos de madera y los pozos de agua que perduran hasta 1960. Podemos además mencionar los intentos a lo largo de su historia para cambiar su nombre y que no se concretaron: en 1930 (Hipólito Yrigoyen), en 1952 (Eva Perón) y 1974 (Juan Domingo Perón).
Por último se instala en el año 2004 la urna del tiempo, para conocer dentro de 50 años como se vivía en aquel entonces en la ciudad y la provincia, mediante cartas escritas por los ciudadanos monterizos que fueron depositadas en una urna vidriada en la plaza.
Su nueva remodelación
En la actualidad, este lugar se encuentra siendo modificado por el gobierno municipal en el plan de obras del mejoramiento urbano del casco céntrico. En agosto del 2022 fue cerrada público para su remodelación que aún continúa, a pesar de que ya fueron habilitadas las arterias que la rodean.