El Frente Amplio ya gobierna y tuvo su fiesta popular en Uruguay

Desde Montevideo

Enviado especial

La militancia del Frente Amplio (FA) ganó las calles montevideanas y las convirtió en una postal tricolor. Le dio la bienvenida a su presidente y vice Yamandú Orsi y Carolina Cosse, rodeándolos de afecto cercano y apoyo popular. La tradicional avenida 18 de julio desde la Plaza del Entrevero hasta el corazón de esta capital, donde conviven el Palacio Salvo, la Torre Ejecutiva y la estatua del héroe Nacional, Artigas, era un desfile de banderas rojas, azules y blancas hermanadas con las de Uruguay y una algazara acompañada de bocinazos y gritos de felicidad. 

La misma multitud le hizo saber también cuál era su espíritu a la derecha en retirada. Canalizó su bronca contenida por cinco años de mandato en el propio Luis Lacalle Pou. “El Cuqui ya se va, el cuqui ya se va…”, le gritaban los más fervorosos seguidores del FA apretados contra las vallas en la Plaza Independencia, donde se cerraron los actos del día. Había sido una jornada húmeda, pero soportable. Sin la lluvia que hubiera mudado los festejos al auditorio del SODRE.

“La esperanza de un país libre”

“Esto que nos pasa es la esperanza de tener un país libre, un país digno y que tenga igualdad de oportunidades para todos. Que se sepa de los desaparecidos y empiecen a decir dónde están”, comentó Marina, una mujer acompañada por su pareja. “Para nosotros es muy importante porque es el primer gobierno del Frente con nuestros hijos. Porque siempre peleamos por y para ellos”, dijo él, Diego, quien vestía una remera con la inscripción “Somos todos familiares”. Sus pequeños debutaban en una fiesta de traspaso presidencial.

A pesar de las vuvuzelas que sonaban sin parar, otros militantes se aproximaron a este cronista y pidieron la palabra en una esquina. Con respeto y sin estridencias explicaron cómo se mantiene la unidad en el FA: “No es fácil, pero es la clave del Frente Amplio y eso sería bueno que se trasladara a otros países. Yamandú logró alinear a todo el mundo y vio lo que nos había pasado cinco años antes. Este pienso que va a ser un gobierno que va a tomar en cuenta los errores del pasado. Entramos en la tercera era progresista en Uruguay”, comentó Silvia Rodríguez.

Las opiniones de los ciudadanos de a pie no difieren demasiado de los legisladores que representan al Frente en la Asamblea Nacional. Gabriel Otero, representante en la Cámara Baja por el MPP de José “Pepe” Mujica comentó: “Pudimos salir adelante gracias a la autocrítica de la militancia. Ahí se salió a resistir en las calles con el pueblo. Entonces volver inmediatamente después que se perdió con un candidato fuerte, sólido y con un Frente Amplio muy unido significa aprendizaje. Significa que no es un período de gobierno más. No es el cuarto gobierno del Frente. Es un nuevo gobierno del Frente donde tenemos que volver mejores y diferentes, y lo vamos a lograr”.

Los detalles de la ceremonia

El auto que trasladaba al binomio presidencial se detuvo a pocos metros de la base del monumento a Artigas. Orsi lucía traje azul y Cosse un vestido rosa. Ahí se levantó el palco con un atril desde donde habló el presidente -mucho menos tiempo que en el Palacio Legislativo-, la escribana de gobierno guardó las formas protocolares del acto y los ministros del gabinete firmaron el libro que los acredita.

Los presidentes y presidentas extranjeros esperaban sentados en unas sillas rojas, donde Lula se llevó más miradas que el resto. El líder del PT, el más veterano y tres veces elegido por el pueblo del poderoso vecino, había organizado la noche anterior un asado. Sus invitados fueron el chileno Gabriel Boric y el propio Yamandú. Hablaron de la integración regional, un tema que le preocupa mucho. Luis Arce de Bolivia, Santiago Peña de Paraguay, Gustavo Petro de Colombia y los centroamericanos Xiomara Castro de Honduras, Bernardo Árevalo de Guatemala, Luis Abinader de Republica Dominicana y José Mulino de Panamá llegaron todos en sus autos oficiales hasta Plaza Independencia. En cambio, los integrantes del gabinete de Orsi viajaron desde la Legislatura en un ómnibus turístico descapotable.

Los 14 ministros del flamante presidente más el secretario general de la Presidencia, Alejandro “Pacha” Sánchez, quien le tomó el juramento, componen un mosaico de las distintas identidades partidarias que unidas conviven en el Frente. Seis de los quince funcionarios pertenecen al Movimiento de Participación Popular, la fuerza que sacó más votos del FA. Pero conviven con el ex afiliado socialista y ministro de Economía Gabriel Oddone; el comunista y ministro de Trabajo, Juan Castillo; el integrante de Asamblea Uruguay, José Mahía, a cargo de Educación y Cultura y la responsable del área de Salud, Cristina Lustemberg, del PAR, otro de las piezas del gran mecano que es el FA. 

Incluso el Frente tendrá en el Ministerio de Ambiente a Edgardo Ortuño; el primer legislador afro-uruguayo que integró el Parlamento y militante de la Vertiente Artiguista. Es posible que desentone en el gabinete la mirada de mano dura del ex fiscal Carlos Negro a quien Yamandú colocó al frente del Ministerio del Interior. Es un funcionario de perfil técnico, de buenas relaciones con la policía y que en una declaración pública confesó: “La lucha contra el narcotráfico está perdida”.

La deuda con la memoria, verdad y justicia

En el escenario del traspaso del mando hubo dos rechiflas ostensibles. La primera más fuerte que la segunda. El blanco de la primera fue el presidente saliente, Lacalle Pou, quien le colocó la banda a su sucesor. La otra sonó cuando comenzó el desfile militar. Una consigna sobre los desaparecidos sonó desde las primeras filas de la multitud bajo una resolana que impedía ver con nitidez el palco. 

En Uruguay se cuentan 197 desaparecidos, y la inmensa mayoría de ellos fueron secuestrados en la Argentina en el marco del Plan Cóndor. Apenas 31 fueron identificados y seis de ellos aquí. Uno de ellos, el campeón panamericano de boxeo de 1963, Gualberto Floreal García, fue un militante social secuestrado en Buenos Aires en 1974. Su cadáver apareció acribillado en Canelones cuando la dictadura argentina lo entregó al régimen uruguayo.

La trascendencia de la vista de Estela de Carlotto, presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo, marca el camino de las luchas de organismos de Derechos Humanos a un lado y otro del Río de La Plata. Su compromiso consecuente representa un estímulo que la militancia del Frente Amplio reconoció en Uruguay. También fue homenajeada en la Intendencia de Canelones y se encontró con Mujica en su chacra, de quien dijo que “va a resistir bastante” pese a sus problemas de salud.

Cuando el acto en Plaza Independencia terminó, Orsi y Cosse caminaron hacia el viejo Palacio Estévez, la vieja sede del gobierno y salieron al balcón a saludar. Abajo la gente los ovacionó porque cree en el proyecto del Frente y está pendiente de que se pueda modificar la correlación de fuerzas con los males endémicos que afectan a Uruguay y toda la región. 

Con la salida de Lacalle Pou del gobierno y la entente conservadora que lo acompañó hasta el último día de febrero, queda un dato que explica la dimensión del problema. 40 mil niños más en los últimos cinco años pasaron a vivir en la pobreza, le comentó a este cronista el nuevo ministro de Trabajo Juan Castillo. A mayo del año pasado el 44 por ciento de los 350 mil pobres uruguayos eran niños y adolescentes.

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Fuente: pagina12.com.ar

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