En medio de la creciente tensión interna entre los sectores que expresan una postura de dureza hacia la gestión libertaria y aquellos que pugnan por privilegiar el diálogo con la Casa Rosada, la CGT se movilizará este miércoles hasta el Congreso para acompañar la tradicional marcha de los jubilados en reclamo por la recomposición de haberes, instancia que iniciará una jornada de protesta de 36 horas y que culminará un día después con un nuevo paro general, el tercero dispuesto por la central contra la administración de Javier Milei.
Desde el fin de semana, y a la par de los cruces internos derivados de la decisión de los colectiveros de la UTA de no adherir a la huelga, lo que sin dudas debilitará el impacto de la medida de fuerza, los principales referentes de la conducción cegetista se concentraron en la organización de la marcha de este miércoles en conversaciones con sus pares de las dos CTA y las organizaciones que agrupan a los jubilados.
Allí se definió que la protesta arrancará a las 15 y finalizará a las 17 con un acto en el que solo hablarán los representantes de los jubilados y se repetirán los reclamos de un aumento de los haberes, la reapertura de la moratoria previsional y la entrega gratuita de medicamentos. “No se trata de una movilización sindical. La marcha es de los jubilados y la CGT va a estar acompañando sus reclamos”, remarcaron de la cúpula de la central obrera.
De cualquier forma, en la conducción cegetista aseguran que la protesta será multitudinaria. A excepción de la UTA y los gastronómicos de Luis Barrionuevo que tampoco se plegarán al paro, el grueso de los gremios de la entidad anunció su participación en la marcha. Algunos prometen columnas numerosas, otros una presencia más acotada.
Conflicto por la seguridad de la marcha
La protesta estará también enmarcada por el conflicto abierto entre la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, y el juez Roberto Gallardo, titular del Juzgado de 1° Instancia en lo Contencioso Administrativo y Tributario Nº 2 de la Ciudad.
El fallo de Gallardo fue cuestionado por Bullrich, quien acusó al magistrado de querer limitar la aplicación del protocolo antipiquete en la Ciudad y le reclamó que “no se entrometa”.
La disputa interna de la CGT
La participación de la CGT en la marcha de los jubilados será la antesala del paro general que la entidad concretará el jueves, esta vez sin la adhesión de los colectiveros, lo que restará fuerza a la medida. Esa situación evidenció en las últimas horas las divisiones que surcan a la primera línea de la central, entre los grupos de perfil más dialoguista y los sectores más críticos, que descreen del éxito de cualquier gestión con el Gobierno. Dentro de este último grupo se inscriben, además de los dirigentes alineados con el kirchnerismo, como Abel Furlán (UOM), Ricardo Pignanelli (Smata) y Sergio Palazzo (bancarios), dos de los miembros del triunvirato de conducción, Héctor Daer de Sanidad y Octavio Argüello de Camioneros, y los referentes “independientes” Andrés Rodríguez y José Luis Lingeri.
A su vez, Luis Barrionuevo -al que los duros acusan de jugar para Milei al no comprometerse con la medida de fuerza-, junto a Roberto Fernández de la UTA, y los jefes de Comercio, Armando Cavalieri, y de la Uocra, Gerardo Martínez, expresan una posición más moderada y plantean la necesidad de retomar el diálogo con el Ejecutivo. De cualquier manera, tanto Cavalieri como Martínez ratificaron que sus organizaciones adherirán a la huelga de este jueves.
Fuente: clarin.com