Cada vez más jóvenes en Argentina convierten sus cuentas en redes sociales en proyectos con estructura empresarial, propósito y visión de largo plazo.
Pedro Casarino, más conocido como @peterregalos o “Peter en redes”, es mucho más que un influencer viral. Es un emprendedor digital, creador de contenido con impacto y referente de una nueva generación de empresarios argentinos que entiende que las redes sociales no son solo entretenimiento, sino también plataformas de transformación económica y social.
Desde la creación de su cuenta, Pedro construyó un modelo que mezcla emocionalidad, estrategia y mentalidad empresarial. Comenzó desde abajo, sin un gran equipo ni presupuesto, pero con una convicción clara: crear valor real y conectar con las personas desde la empatía. Así nacieron sus videos regalando productos a desconocidos, pero también nació una empresa con visión.
“Mi primera venta no fue de millones, pero valió más que cualquier billete. Era la validación de que mi tiempo invertido tenía retorno”, cuenta Pedro.
De contenido viral a modelo de negocios
Lo que comenzó como un simple perfil en Instagram es hoy una empresa con estructura profesional, que incluye guionistas, editores, camarógrafos y planificación estratégica. Pedro lidera con decisión cada paso, analiza métricas, proyecta y mejora. “@peterregalos no es solo una cuenta, es una marca con propósito”, definen desde su entorno.
Las marcas lo eligen no solo por su alcance, sino por su compromiso, profesionalismo y coherencia. Lo ven como un aliado estratégico, no solo como un generador de vistas.
“Pedro entiende el juego del contenido, pero también el de los negocios. Es rápido en tomar decisiones y tiene visión de largo plazo”, asegura su equipo.
Educación financiera, liderazgo joven y una mentalidad empresarial
Pedro no se limita a crear contenido. Está escribiendo un libro, forma parte de charlas para emprendedores y repite una premisa que define su filosofía:
“El dinero llega cuando aportás valor. Cuando resolvés problemas. No se trata de convencer, sino de entender el juego y moverse rápido”.
Esa mirada lo posiciona hoy como una joven promesa del ecosistema emprendedor argentino, con una historia que inspira a miles: de la frustración al propósito, del contenido emocional a los negocios digitales con impacto.
“Entendí desde muy joven que alguien exitoso es simplemente un fracasado que lo intentó una vez más”, resume Pedro.
Con solo 18 años, una empresa en expansión y un enfoque claro, Casarino representa una nueva generación de líderes: comprometidos, digitales, enfocados en educación financiera, motivación empresarial y transformación social.
En un mundo de apariencias, Pedro apostó por lo real. Y ganó.
Fuente: ambito.com