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lunes, marzo 20, 2023

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“Los Cuatro Pueblos Gemelos”

Fueron creados por razones políticas y sociales sobre la zona oeste del departamento Monteros durante los años 1976 y 1977.

Durante la última dictadura militar, el gobierno de la Provincia de Tucumán fue asumido por el Gral Bussi, que ya había recibido el mando del “Operativo Independencia” de manos del Gral Acdel Vilas a fines de 1976. En el ejercicio del cargo -de facto- de gobernador, el mencionado represor tomó la medida de fundar cuatro pueblos cuyos nombres evocan a militares muertos en el 75 persiguiendo a la guerrilla del monte: Teniente Berdina, Capitán Caceres, Soldado Maldonado y Sargento Moya.

Los mismos se construyeron de forma paralela, siguiendo el trazado de la ruta provincial 324 (ruta interpueblos) que -curiosamente- en su punto de origen tiene enclavado el CCD “La Escuelita”. Estos se hayan ubicados al pie de las Sierras Aconquija donde, en sus montes, se encontraba la “Compañía del Monte Ramón Rosa Jimenez” del ERP, que permaneció allí hasta apenas iniciado el autodenominado Proceso de Reorganización Nacional.

El periodista Daniel Gutman, en su libro “Sangre en el monte, la increible aventura del ERP en los cerros tucumanos” da cuenta de la versión de que Bussi -quién fue observador de la guerra de Vietnam– siguió el modelo de aldeas estretégicas aplicada por la potencia militar del norte en aquel conflicto armado.

Muchas de las tierras con las que fueron fundados estos pueblos se arrancaron por la fuerza a sus propietarios; algunos de ellos hoy llevan juicios adelante por este motivo pero, en su momento, las hacieron pasar por donaciones. A su vez, las viviendas se adjudicaron a la gente que habitaba las colonias* de los cerros en el marco del llamado “Plan de Re-ubicación Rural”. Como dice Daniel Gutman en el mencionado libro: “Se dice que a nadie le preguntaron si quería o no quería dejar el monte para acceder a una vida más civilizada. Es que Bussi había decidido agrupar a esas personas en lugares con presencia de control estatal, porque pensaba que su dispersión en el ambiente rural ´favorecía el accionar psicológico de los activistas del marxismo´”.

Los cuatro pueblos tienen la misma fisonomía. Construidos en base a una plaza principal, frente a ella se ubica un Centro Civico que cuenta con una comisaría, la comuna rural, una biblioteca, la iglesia y, originalmente un juzgado de paz ahora inexistente. Detrás de la comuna se emplazan complejos deportivo y un gran tanque de agua. Tambien todos constan de un centro comercial donde estan los almacenes para venta de articulos de primera necesidad. Como paisaje de fondo, emerge el Aconquija, dando un imagen digna de una escenografía de película.

Todo en ellos evoca al ejercito. En las plazas hay plaquetas colocadas en la inauguración, donde menciona en algún caso la presencia de Jorge Rafael Videla (en Teniente Berdina), la de Albano Harguindeguy, la de Luciano Benjamin Menendez o la de Leopoldo Fortunato Galtieri, por citar algunos casos. También por ejemplo, puede leerse frases pintadas como “Soberanía o Muerte”, “Paz y concordia”, o una plaqueta, referenciando el nombre de una plaza como homenaje a quién fue “caido estoicamente en defensa de la tradición y la fe”. Incluso el acceso en todos ellos tiene un portal que los documentos de la época lo definen como “alegórico al ejercito argentino, con una banda azul y blanca, donde se puede leer el nombre del pueblo”.

Teniente Berdina

Hector Rodolfo Berdina era Subteniente de Infanteria y jefe de la 2º Sección de la Compañía B de la Fuerza de Tareas “Aconquija”. Falleció el 4 de Diciembre de 1975. Una página web que reivindica el accionar de las FFAA en aquella época relató el deceso de la siguiente manera: “ …Dos secciones de la Compañía B de la misma fuerza de tareas regresaban a sus bases, dejando atrás la zona montañosa. Debían atravesar tres kilómetros a pie hasta Potrero Negro, donde unidades motorizadas los esperaban para recogerlos. el jefe de la 2ª Sección, subteniente Rodolfo Hernán Berdina, dispuso adelantar una patrulla a modo de vanguardia, con la que pensaba mantener contacto de radio y a través de estafetas, mientras se desplazaban por el sector asignado. Aquella vanguardia se topó repentinamente con una avanzada enemiga, generándose un intenso combate que la obligó a aferrarse al terreno. Al escuchar los disparos, Berdina ordenó el avance y se lanzó a la carrera por la espesura… Una bala de Amet 9 mm lo alcanzó de lleno en el tórax, lo mismo al soldado Ismael Maldonado, que corría detrás… Maldonado pereció en el acto, no así Berdina, que fue retirado del campo de batalla gravemente herido, falleciendo en el helicóptero cuando era trasladado a San Miguel de Tucumán.”. Fue ascendido a Teniente post mortem.

El pueblo Teniente Berdina es el primero que se ubica en la ruta 324, saliendo desde Famaillá -a 9km-. Las obras comenzaron en marzo de 1976 y se inauguró el 18 de Junio de 1977. Tanto la fundación como la adjudicación de viviendas, contó con la presencia de Videla -entonces ejerciendo el cargo (de facto) de Presidente-, Menéndez, Bussi y el ministro de la dictadura José Alfredo Martinez de Hoz. Actualmente cuentan con unos 1100 habitantes.

El pueblo tiene un monumento con una carta que escribió la madre de Berdina -“Carta de la madre de un soldado”- la cual puede leerse en cualquier sitio web que reivindica la represión del ejercito en los 70.

Soldado Maldonado

Es el segundo pueblo, siguiendo por la ruta 324. Aunque se ubica mas cerca de Monteros que de Famaillá, ya que con el primero tiene vía directa por la ruta 344. Para llegar desde Berdina hay que empalmar con la ruta 307 hasta Santa Lucía y ahí retomar la 324. Maldonado falleció el 4 de Septiembre, en las mismas circunstancias que Berdina, solo que su deceso se produjo en el acto.

Una carpeta con documentos de la época, donde hace mención al “Plan de Reubicación Rural”, señala una reseña histórica del nombre del pueblo y de las circunstancias que llevaron a su fundación. Todo desde la perspectiva del gobierno militar. También tiene la transcripción del decreto fundacional y hasta cuenta con planillas que menciona a quienes se les adjudicó las viviendas. Además cuenta con un informe de antecedentes dominial de las tierras sobre las que se construyó Soldado Maldonado y que dice que las tierras fueron donadas por Axel Lennart Kallsten y por Herta Margarita Tending de Kallsten.

Capitán Cáceres

Es el tercero de los pueblos, siguiendo por la 324 desde Famaillá. Para llegar hay que empalmar con la 325, la cual yendo en sentido contrario a Cáceres, también conduce a Monteros. Las fuentes militares lo señalan como el primer militar muerto en el Operativo Independencia e incluso como “el primer caído en combate del Ejercito Argentino en más de cien años”.

El libro de Daniel Gutman, cuenta que “Ese día de verano de 1975 (14 de febrero) un peloton de la Compañía del Monte del ERP marchaba de norte a sur, cerca del río Pueblo Viejo y del paraje de Yacuchina, buscando salir de la zona de operaciones del Ejército. Era una de las cuatro secciones en que se había dividido el grupo guerrillero para evitar el cerco que, según creían equivocadamente, les tenderían las fuerzas militares recién desplegadas en Tucumán. El objetivo era hacer caer a las tropas de Vilas en el vacío táctico, como lo habían hecho exitosamente en 1974, con las del comisario Vilar y las del general Menéndez. Simultáneamente, de oeste a este se desplazaba un equipo de la Fuerza de Tareas Chañi del Ejército, que volvía de su primera expedición de reconocimiento de la zona, con el objetivo de encontrar un lugar para poner una base de operaciones adicional a la de Los Sosa. Fue Richter justamente el primero que vio a un guerrillero, parado unos veinte metros delante de él, casi de cuerpo entero. La vegetación le tapaba las piernas, sólo hasta las rodillas. Entonces el militar disparó lo que él llama “el primer tiro del Operativo Independencia”. Su enemigo salió corriendo y Richter comenzó a perseguirlo, disparándole, pero fue alcanzado por diez balazos que le tiraron desde un costado y cayó. “¡Cáceres, estoy herido!” gritó Richter. El capitán entonces corrió y se tiró encima de él. “Quedate tranquilo que ya te saco”, alcanzó a decirle Cáceres, antes de recibir él mismo un tiro que ingresó por un hombro, acertó en el corazón y lo mató en el acto.”

Las tierras sobre las que se construyó Capitán Cáceres pertenecían a Rita Ariza. El traspaso se logró de forma no muy amigable. De hecho Luciano Benjamín Menéndez fue imputado por privación ilegitima de la libertad y violación de domicilio. Todo está relatado en la causa “Toledo de Ygel” (se puede acceder a la sentencia por internet) con la que me topé por casualidad cuando buscaba jurisprudencia sobre el Operativo Independencia para un trabajo de seminario de la Facultad.

Según consta en la causa “ha quedado acreditado que el Sr. Jorge Ricardo Ygel fue sacado por la fuerza de su domicilio de calle Rovelli 39, Tafí Viejo, el día 18 de Noviembre de 1977, en horas de la tarde, por un grupo de militares armados y que fue llevado hasta la Brigada de Investigaciones sita en calle Muñecas y Avenida Sarmiento, que luego de ser interrogado y golpeado fue liberado en la zona de la Banda del Río Salí en horas de la madrugada del día siguiente. Asimismo, ha quedado acreditado que a la semana siguiente de los hechos sucedidos a Jorge Ricardo Ygel, la Sra. Rita Ariza fue también sacada por la fuerza de su domicilio de calle Rovelli 39, Tafí Viejo, por un grupo de personas armadas. Fue trasladada a la Casa de Gobierno, donde fue obligada bajo amenazas a firmar la donación de las tierras de Yacuchina a favor del Gobierno.”

Sargento Moya

Es el último de los pueblos. Alejado de los principales centros, parece casi perdido, como si estuviera en el ostracismo. Es el más desprolijo de los cuatro. Sus calles están mas destruidas, los pastos largos y hasta la plaza se encuentra en estado de abandono. También da la sensación de ser el que menos población tiene. Es casi un pueblo fantasma.

Un artículo publicado por el medio La Gaceta de Tucumán el 16 de noviembre del año 2012, cuenta un resumen sobre la vida de los pobladores de las localidades que se construyeron en la segunda mitad de la convulsionada década del 70´, en la zona de operaciones contra la guerrilla

La creación y existencia de los cuatros pueblos gemelos, que se construyeron en la segunda mitad de la convulsionada década del 70, en la zona de operaciones contra la guerrilla.

Teniente (pos portem) Rodolfo Hernán Berdina, Soldado Ismael Maldonado, Capitán (PM) Héctor Cáceres y Sargento Miguel Arturo Moya se localizan en una línea imaginaria -paralela a la vieja traza de la ruta nacional 38-, de norte a sur, al oeste de la circunscripción de Monteros, en lo que antaño se llamaba Pampa de Anchilchi.

La vegetación y las montañas parecen aliarse para bocetar un majestuoso paisaje. Mas bien imponente. Incluso el cielo celeste, sin nubes, y el sol a pleno se asocian como cómplices de esta fabulosa pintura natural y rural. Allí, casi al límite con la circunscripción de Famaillá, o en la intersección de la 344 con la 324, o en una de las vera de la 325, o casi sobre el límite de Chicligasta del pedemonte del Aconquija, en el corazón de esta colorida postal matutina recorremos las calles de cada uno de los pueblos.

Prolijidad

El primero del cuarteto creado durante el gobierno de facto de Antonio Bussi es Berdina. Los árboles y el verde predominan en los trazados rectangulares. Las plazas se mantienen prolijas y con los juegos infantiles en estado de uso. Calles asfaltadas en todos, bien conservadas en Berdina y Cáceres; excelentes una mayoría en Maldonado, unas pocas bastantes decaídas. Y un poco deterioradas en Moya, aunque en vías de repararse.

La voz de los vecinos

“Acá vivimos quienes antes ocupábamos casas precarias y dispersas, no sólo en Caspichango también en parajes cercanos”, aclara Pedro Miguel Segura, quien se instaló guagua (bebé) con sus padres en el primero (Berdina) de estos núcleos poblacionales. “Ellos me contaron que estaban muy entusiasmados al principio. Incluso suponían que era para mejor. Pero en realidad accedimos a una vivienda más moderna pero seguimos peleando duro y sin treguas para conseguir trabajo fijo y estudiar”, contó este hijo de uno de los vecinos originarios, y que se identificó con apellido materno. 

“Cuando se terminan las cosechas de caña de azúcar, citrus y arándanos, por lo general cada comuna subvenciona dos colectivos con obreros golondrinas de esta jurisdicción para que sigan trabajando en Río Negro”, contó Miguel Lazarte, de Maldonado. 

Preguntar por una calle o un lugar a nadie ahuyenta. Pero la sola presencia de un grabador o de una cámara fotográfica aleja a los lugareños. La percepción es la de un pacto de silencio con relación al pretérito, que después de 36 años comienza a resquebrajarse. Prefieren no hablar en forma directa de aquel conflicto. Y al referirse a los guerrilleros usan los términos “fuleros” o “juleros”. Los pocos que hablan lo hacen con cautela. 

“Aquí antes era todo caña. Esto era el Lote 4 del ingenio San Pablo. Había más de 80.000 surcos de caña y un ingenio que llegó a funcionar un día y lo cerraron: el Caspichango, donde hoy todavía está una chimenea y hubo un centro ilegal de detención en el cual me tuvieron cinco meses”, explicó José Máximo Vega, de 75 años. Vega, que era peón de cerco, dijo: “me salvé porque un oficial al que le decían ‘El Mocho’. Me pidió que rescatara una compañía de 60 efectivos perdidos en el monte. Pude hacerlo, pero a mis cuñados los desaparecieron”.

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